Una mañana, allí estaban, frente a frente, mirándose a los ojos, diciendo verdades y crudas realidades, reprochándose, consolándose, confesándose sus miedos, dando rienda suelta a su locura, desnudándose mutuamente,sin saber, quién era quién sin saber qué era lo real, si ella o su reflejo en el espejo.
(Ana Carolina Manrique Bernal)